OPINION. La ausencia y la presencia: una mirada introspectiva
OPINIONES 10:49
Por Modesto Ventura L. / Psicólogo Clínico
Partiendo desde un punto de vista más allá de lo cotidiano, el hecho de estar ausente en un espacio físico o residir en la memoria de una persona o grupos de individuos, es producto del ordenamiento mental del sujeto y su realidad presente, que puede estar favorecido o no por una serie de interacciones entre las experiencias adquiridas y las interpretaciones que pueda realizar de cada situación.
La habituación de una persona a estar ausente en un medio aunque habite físicamente, guarda relación con la importancia que represente el desarrollo de su rol con espíritu demostrativo, y la capacidad por parte de sus congéneres de recordar el pasado o predecir el futuro, que es incierto.
La presencia y la ausencia guardan una correlación, que aunque en direcciones opuestas se vislumbran en la exegesis personal de cada individuo, por lo que es posible estar presente en el pensamiento de un individuo dependiendo de la valoración que se haga de acontecimientos vivenciales anteriores aunque no esté físicamente, sea porque se haya producido una salida forzosa, voluntaria o definitiva, y en el caso contrario puede existir físicamente, pero emocional y motivacionalmente brillan por su ausencia.
La operación de residir físicamente y estar ausente es un postulado que proyecta el estado real de los individuos y ofrece condiciones alternativas aparentes en los demás para evadir situaciones adversas.
En el plano familiar este principio suele producirse con frecuencia, sobre todo en los hogares disfuncionales que sus conyugues han llegado a procrear hijos y por razones ajenas a su voluntad viven separados, y en ocasiones sus vástagos desarrollan lazos más psicoafectivo a los familiares con los cuales tiene mayor contacto físico que con su padre biológico que en circunstancias descuida su responsabilidad, pero como este apego es insustituible, si las condiciones lo permiten en su momento recibirá la mayor demanda.
La interpretación que el individuo haga de su realidad constituye el soporte de su progreso y por ende del entorno que lo transforma en ente trascendente.