Opión: La voz de la injusticia ruge, la miseria y el hambre son sus mensajeros
Publicado por periodicodiarioinformativo OPNION 14:21
Por Abogado Luis Collado
En la Primera Cumbre Iberoamericana, el doctor Joaquín Balaguer se refirió a la corrupción como endémica en América. ¿Falso? ¿Cierto? Narciso González, intelectual dominicano desaparecido político, año 1994, en una obra intitulada El Humor Tiene Bandera, afirmaba que en el denominado Encuentro de Dos Mundos – Léase- “Descubrimiento de América, Descubrimiento de Pueblos Precolombinos”, que en el viaje de exploración de Cristóbal Colon venían cuatro naves o carabelas, la Niña, la Pinta, la Santa María y la Ambición. ¿Para qué expresar que Pedro Mir escribió una Historia del Hambre y la diferencio de la Miseria, siendo el hambre una expresión biológica y la miseria una prueba inequívoca de la injusticia social y explotación cruel e inhumana.
En la Primera Cumbre Iberoamericana, el doctor Joaquín Balaguer se refirió a la corrupción como endémica en América. ¿Falso? ¿Cierto? Narciso González, intelectual dominicano desaparecido político, año 1994, en una obra intitulada El Humor Tiene Bandera, afirmaba que en el denominado Encuentro de Dos Mundos – Léase- “Descubrimiento de América, Descubrimiento de Pueblos Precolombinos”, que en el viaje de exploración de Cristóbal Colon venían cuatro naves o carabelas, la Niña, la Pinta, la Santa María y la Ambición. ¿Para qué expresar que Pedro Mir escribió una Historia del Hambre y la diferencio de la Miseria, siendo el hambre una expresión biológica y la miseria una prueba inequívoca de la injusticia social y explotación cruel e inhumana.
¿Duelen las calificaciones? Sería más doloroso ver en nuestras historias
tragedias colectivas como los suicidios indígenas, el sentimiento de impotencia
ante un sistema de explotación inhumano donde estos fueron considerados
animales desprovistos de almas y, por tanto, no podían disfrutar de los mismos
derechos y libertades de los encomenderos españoles. ¿Contexto de la época? El triste escenario del
trabajo cruel e inhumano donde la etiqueta de esclavo se cambio por el de
servidores libres de la Corona Española (Indígenas Libertos), pero las
tareas eran tan arduas que si en el año 1492, llegaron los europeos españoles a
la Isla, no tardaron 15 años en casi desaparecer la población indígena
que residía en Quisqueya alias La Hispaniola. La última población indígena se
supone que fue la comandada por Guarocuya alias Enriquillo, según el novelista,
Manuel De Jesús Galván.
Cuando se producen las Devastaciones del Gobernador Francisco Osorio, la población
indígena, según los anales históricos, había sido extinguida en su totalidad
y la esclavitud de negros africanos constituía el motor de la economía
colonialista, siendo la vida promedio de un esclavo ocho años.
¿Injusticia?
En la Época Colonial se mencionan muchos hombres, algunos encomenderos,
otros, no... Cabe distinguir a Pedro De Córdoba y al famoso Fray Antón De
Montesinos, quien perteneció a la misma orden de Don Santo Tomas De
Aquino, y quien pronuncio el Inmortal Sermón de Adviento, considerado como
el Primer Grito de los Derechos Humanos en América.
El recorrido histórico de nuestro país, y el de otras naciones, ha
sido la de esa voz impotente, casi muda, ignorada, que se escucha en el
desierto y cuyos destinatarios han hecho caso omiso a los reclamos
de Libertad y Justicia Social. A pesar de los sucesos terribles donde
se ha derramado bastante sangre, léase la Revolución Inglesa, la Revolución
Norteamericana y la más sanguinaria y violenta de todas las revoluciones
registradas en la historia de la humanidad, la Revolución Francesa, ello
no ha sido suficiente para que el sentido de Libertad y Justicia
Social constituyan parte de la cultura política y del quehacer en el
proceso de formación democrática. Las Guerras Mundiales que se produjeron
en el Siglo XX influyeron en la visión de como reorganizar la geopolítica
mundial y concebir a los seres humanos desde una óptica diferente a la mera explotación, aspirando
a humanizar las reglas políticas, sociales y jurídicas en un mundo
caracterizado no por el postulado de la igualdad de todas las personas ante la
Ley sino en cuanto a la materialidad de esa igualdad en termino del acceso a
oportunidades reales de desarrollo integral.
Sin embargo, los escollos hacia esas metas se encuentran en una especie de
cuestionamiento y negativa a expandir y fortalecer estos derechos políticos
y sociales. La República Dominicana y los países de América del Sur
son ejemplos de los peores índices en la calidad de vida y formación
de sus habitantes, pues son sociedades matizadas por el
analfabetismo, la precariedad de la seguridad social, deficiencia de los
servicios médicos, el pluriempleo, el trabajo informal y la baja calidad del
empleo. Y a pesar de la amenaza que ello representa para la paz nacional y
mundial, la Voz de la Injusticia es la que Ruge en el Desierto, porque los
Estados no parecen ser las instituciones destinadas a afrontar los problemas de
sus electores y mandatarios sino los depredadores de los recursos públicos, sin
importar cuánto se reciban en asistencias y apoyos logísticos para combatir las
raíces de los estados de marginidad, pobreza extrema y el proceso de depauperación
paulatina a la que nos enfrentamos sin saber cómo se puede combatir y
afrontar ese proceso. Parece inevitable
que la miseria y el hambre devoren las expectativas de cambiar la ruta que
recorremos cual sentenciado a una pena de muerte que pierde
el balance en la cuerda floja y si perece será sin dolientes, sino burócratas
y explotadores que celebraran que hay menos pobres y, por consiguiente, una reducción
de la amenaza que la marginación constituye para estos economistas
voraces individuales y sin sentido de solidaridad.
La República Dominicana aparece con los índices de pobreza y corrupción
mas elevados en los reportes internacionales. No hay casos que muestren
corruptos condenados a penas definitivas e irrevocables, salvo algunos
banqueros que quebraron los ahorros de la población y hundieron en una crisis
financiera alarmante a nuestro país, y a la fecha ya están descansando en sus
casas como si nada hubiese pasado. Existen casos como el de la Sun Land y
la aparente desaparición de más de 130 millones de dólares, un contrato
aprobado por el Congreso Nacional sin haber sido leído por los legisladores “entiéndase el Contrato firmado con la
Barrick Gold”, otros acuerdos cuyos contenidos son desconocidos para el
pueblo, negociaciones sobre porciones del territorio nacional como el caso de Bahía
de las Águilas, compromisos dizque con la Loma Miranda y para la explotación de
yacimientos de oro y otros minerales en San Juan, prestamos que por su
apariencia y falta de exigibilidad aparenten ser pagos de pactos políticos,
sobornos o pagos por tráficos de influencias... y no hay nadie preso, sino que
se aplica la tesis de la impunidad y de no hacer al otro lo que no quiere
que se te haga a ti, en otros términos, el pragmatismo de la impunidad y falta
de castigo ante un pueblo que reclama Corrupción Cero.
Pese al escenario descrito, tal vez haya esperanza, pues podemos apreciar
una reserva de jóvenes, cuyos nombres de manera ilustrativa se podrían
mencionar, ejemplos, los Doctores Surun Hernández,
Ricardo De la Cruz Nieve, Manuel Crespo, Jiovanni Ramírez, Licenciados Isaías
Martínez, David Collado, Bautista López, Henry Zacarías Terrero Valdez, Periodista
Tito Valenzuela y una infinidad de jóvenes que creen en que se puede construir una
sociedad diferente con una cultura democrática definida. De las generaciones
que se han identificado por transformar este país la lista es extensa y
forman parte de esas generaciones de hombres y mujeres que están haciendo
vida política, envueltos en el quehacer del sector privado y en otras
actividades, pero que juntos pueden converger en un Pacto Nacional contra
la Corrupción y la Democracia Real, reestructurando todas las
instituciones, judicial, electoral, constitucional, congresual y municipal....
No es posible que la Voz de la Injusticia continúe rugiendo, mientras la
incertidumbre e inseguridad azota a la humanidad y, en la República Dominicana,
no hay un Gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo. Los paradigmas que se han ejecutado y
repetido deben ser delimitados e ir dando los pasos de una
cultura de democracia real, participativa e inclusiva, a fin de que el Estado
Dominicano sea en realidad un Estado Democrático y Social de Derecho como lo
consagra nuestra Constitución y no una etiqueta donde ningunas de las
instituciones nos hacen sentir orgullosos de los resultados de esta
sociedad donde parece que el hambre, la miseria y la corrupción son endémicas
y no tienen curas.
Todos los dominicanos estamos en la obligación de comprometernos en
construir esa sociedad a la que aspiramos, no en el papel ni con
el tintero, sino en los hechos, en la prestación de los servicios sociales
del día a día, en las actuaciones de los tribunales y calidad de las medidas de
salud y aplicación del sistema de seguridad social, en la calidad de educación
y del empleo digno, en la praxis democrática y el respeto a la sagrada
voluntad de la mayoría. La Nación y las futuras generaciones, los más
vulnerables, esperan que cada uno realice, por lo menos, un acto de
solidaridad y consciencia para construir esa sociedad matizada por una
cultura democrática y dotada de una verdadera praxis de la justicia
social y oportunidades para todos. (DominicanaDigital.net).
Abogado Luis Collado
Autor