Opinión: El Periodismo: formación y des-formación
OPINIONES, PORTADA 11:57
@Margaritacdf
Decía Gabriel García Márquez que el periodismo es la
mejor profesión del mundo. Los abogados diremos que es la nuestra, los médicos
dirán que es la suya, y así sucesivamente con cada profesión. Sin embargo, el
periodismo sí que guarda una gran diferencia sobre las demás: cada palabra
impresa tiene la posibilidad de moldear una sociedad; el periodismo es historia
que se escribe sobre la marcha, en el día a día, con el sudor y la sangre de
quienes construyen nuestra sociedad; el periodismo responsable es hacer patria
con cada página impresa.
Tomás Eloy Martínez, gran escritor argentino, que inició
su vida profesional como periodista, dictó en el año 1997 una magistral
conferencia ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), donde anunciaba
los desafíos del periodismo para el siglo XXI. Decía en aquella conferencia que
“de todas las vocaciones del hombre, el periodismo es aquella en la que hay
menos lugar para las verdades absolutas. La llama sagrada del periodismo es la
duda, la verificación de los datos, la interrogante constante”. Por ello
advertía entonces el gran desafío que constituía para el periodismo el
desarrollo de las técnicas audiovisuales.
En aquel 1997 aún no se pensaba en el desarrollo masivo
de YouTube o en la capacidad que hoy tenemos de tener acceso a medios
audiovisuales y noticias interactivas en la palma de nuestras manos. Cada mes,
mil millones de personas, o casi 1 de cada 3 internautas, acuden a YouTube para
informarse, la mayoría referidos por contenidos publicados en Redes Sociales
como Facebook o Twitter. En tan solo un segundo, se realizan más de 50 mil
búsquedas de información en Google, se emiten 8,925 tuits y se publican 1,940
fotos en Instagram. Es un océano de información que constituye para el
periodismo un reto inmensurable.
Eloy Martínez, en su escrito premonitorio de 1997,
declaró que el lenguaje del periodismo para este Siglo XXI era un asunto ético.
Afirmó que el periodista debía ser “una voz a través de la cual se puede pensar
la realidad, reconocer las emociones y las tensiones secretas de la realidad,
entender el por qué y el para qué y el cómo de las cosas con el deslumbramiento
de quien las está viendo por primera vez”. En resumen, el periodismo en la
actualidad es un asunto de calidad, porque “indagar, investigar, preguntar e
informar son los grandes desafíos de siempre”.
En ese tenor, al conmemorar el pasado domingo el Día
Nacional del Periodista, en un momento en que el país consolida sus triunfos y
construye un futuro de prosperidad para sus ciudadanos, es importante
reflexionar sobre el papel del periodismo en promover el bien común y la paz
social, lo que requiere de un periodismo responsable, que lleve a cada hogar,
cada día, las informaciones con veracidad, responsabilidad y certeza, nunca
permitiendo que el medio sea objeto de fines malévolos y mal intencionados.
Para cumplir con su responsabilidad hacia la sociedad, el
periodismo tiene que enfrentar el reto que representan el Internet y las Redes
Sociales, para que puedan mantener su legitimidad. El modelo de
des-comunicación que se está creando en torno a las redes, los periódicos
digitales sin credenciales y de aquellos que se hacen pasar por periodistas,
amenaza con desprestigiar una de las profesiones más importantes de la
sociedad.
Jeff Jarvis, profesor y escritor, líder del Tow-Knight
Center para el Periodismo Emprendedor en la Escuela de Periodismo del CUNY,
quién fuera el primero en advertir al periodismo sobre el tsunami digital que
arrasaría con el modelo de negocios de los medios de comunicación tradicional,
ha realizado interesantes estudios sobre cómo puede evolucionar el periodismo
en momentos en que los medios han perdido el monopolio de la creación, edición
y distribución de los contenidos.
Ese cambio en el modelo periodístico, a decir de Umberto
Eco, inició en el 1954, con la llegada de la televisión, porque “antes (los
periódicos) decían lo que había pasado el día anterior, pero desde ese momento
(la llegada de la televisión) la gente ya lo sabe”.
El gran filólogo ha publicado una novela a sus 83 años,
titulada ‘Número Cero’, una novela sobre periodismo donde proclama que
“controlar la veracidad de lo que aparece en la Red es imprescindible; una
tarea a la que deberían dedicarse los periódicos tradicionales, para que estos
sigan siendo, en el futuro, garantes de la democracia, la libertad y la
pluralidad”.
Nada menos cierto. La prensa es, todavía, y seguirá
siéndolo, una garantía de la democracia. Y sus defensores deben ser los
periodistas.
Jeff Jarvis, en otra intervención, otorgó el siguiente
consejo a jóvenes periodistas: “una vez que aprendas las reglas internas
básicas de funcionamiento del periodismo, desafía todo lo demás. No porque haya
que cambiarlo todo, sino porque hay nuevas oportunidades. Explóralas”.
Así como un periodista duda de los supuestos de cada
hecho, cuando elabora su noticia, también es hora de que el periodismo
cuestione el modelo de comunicación y des-comunicación que se está creando, al
margen de reglas éticas y morales. Toda la sociedad debe defender a los
verdaderos periodistas, aquellos que, tal como dijera nuestro Presidente Danilo
Medina, “ejercen la noble profesión de informar y orientar a la ciudadanía,
apegados a la verdad y con el noble propósito de constituirse en auténticos promotores
del bienestar de nuestra sociedad”.
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