República Dominicana. La expresidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología,
Petronila Martínez, advirtió que la
hipertensión arterial no solo afecta al corazón, también los riñones, la retina y el
cerebro, sus daños son irreversibles y
lo peor, aunque en el país más de un
millón de personas entre 18 y
75 años la padecen, menos de un 50 % lo sabe.
Lamentó que una reducida cantidad de pacientes mantenga
un tratamiento que les controle
de modo eficaz la patología, lo que los hace vulnerables de presentar las complicaciones.
Explicó que el problema puede afectar de forma
definitiva al corazón, que se agranda, previo a un aumento en el grosor de sus paredes u ocasionar
enfermedad de las arterias que le llevan sangre al musculo cardíaco.
“Un órgano muy sensible al aumento de la presión arterial
son los riñones, con aparición de insuficiencia renal, que
puede llevar a temprana edad, a la necesidad de diálisis permanente o trasplante.
Los efectos mortales pueden además observarse en los pequeños vasos de la retina con hemorragia”,
sostuvo.
Indicó que los accidentes cerebrovasculares, ictus o
stroke, son otras de las formas de mal
vascular que dejan secuelas irreversibles, con
discapacidad permanente e incluso, pueden ser causa de muerte sobre todo, en
los más jóvenes, quienes toleran de peor manera los efectos de la
hipertensión en las arterias del
cerebro.
La directora del Centro Cardio Imágenes Especializadas,
detalló que el daño a la circulación vascular periférica es una de las
manifestaciones de la patología menos detectada, pero que provoca limitación
importante en la calidad de vida.
Alertó que en
ocasiones se manifiesta con simple sensación de hormigueo en las piernas, hasta
dolor intenso, incapacidad para caminar, por déficit en el flujo de sangre
arterial a las piernas y en los hombres
puede predisponer a impotencia
sexual.
Martínez, miembro del
Círculo de Egresados del Instituto Dominicano de Cardiología, abordará
el tema en el congreso organizado por ese gremio, del 24 al 26 de este mes, en el Hotel
Bávaro Palace de Punta Cana.