El por qué renuncié del PDI. Por Ismael Reyes
PORTADA 11:31
Por: Ismael Reyes
Político, economista y abogado.
A raíz de de mi renuncia el pasado domingo a la presidencia del Partido Demócrata Institucional -PDI-, cosa que hice mediante carta que entregué a los delegados de la 3ra. Convención Nacional
del Partido que fundáramos junto a muchos otros valiosos y
valiosas compañeras y compañeros,
muchas personas amigas, periodistas, dirigentes políticos y relacionados me han abordado para
inquirir la causa de mi renuncia, sorprendidos de mi decisión en
momentos en que el debate político comienza a perfilar que habrá un duro
combate para las elecciones de mayo del año 2016.
Quiero aprovechar este importante espacio para dejar saber a
mi pueblo, a qué
renuncio y a qué no renuncio.
Comienzo por decir, que renuncio a mi condición de
presidente del PDI, pero que no renuncio a mantener lazos políticos fraternales
con la valiosa dirección política que allí se queda. Que renuncio a
la presencia física en los espacios estructurales y orgánicos
que me acogieron con amor y fraternidad inmensa en el PDI, pero que
no renuncio a mi presencia moral y espiritual en el partido que
fundamos
y construimos junto a los compañeros que me acompañaron en
duras batallas políticas, para hacer del PDI un instrumento de
lucha para ayudar a nuestro pueblo a liberarse de los niveles de
pobreza y de
miseria en que se encuentra, a causa de una injusta
distribución de la riqueza nacional.
Deseo precisar, que no me voy del PDI por inconformidades de
ningún tipo, por ninguna diferencia ni contradicciones políticas o
personales con los miembros de su alta Dirección, con los cuales tuve
siempre grandes coincidencias
en las propuestas que hacíamos de tipo político. Creo que eso fue lo que nos mantuvo trabajando
unidos por tanto tiempo.
Me marcho del PDI, pero para continuar en la política
trabajando desde otra atalaya que en estos momentos reclama mi presencia como
un soldado al servicio de la Patria, para ayudar a lograr que
nunca muera el pensamiento político ni se olviden las sabias enseñanzas
de quien fuera mi maestro, el Dr. José Francisco Peña Gómez.
El Dr. Peña Gómez dedicó toda su vida a hacer grande al
PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO -PRD-, y a convertirlo en una
poderosa maquinaria política que lo convirtió en el “Partido de la
esperanza nacional”. En la esperanza de los descalzos, de los
desvalidos, de los
campesinos sin tierra, de las madres solteras, de los
discapacitados, de los jóvenes que hoy mendigan una beca para poder
estudiar, de los dominicanos y dominicanas que se ven obligados a abandonar
el país para buscar en otras naciones un destino más promisorio,
porque se lo niega la patria donde han nacido, en fin, para que se puedan
realizar los cambios políticos, económicos y sociales que se hace
urgente realizar en la República Dominicana.
Nuevamente en su histórica carrera de lucha, el PRD reclama
el retorno de sus hijos a sus filas. La reelección impuesta al país en
el año 2004, aun lanza sus esquirlas de división, que amenazan con
pulverizar la esperanza de nuestro pueblo.
Es por ello, que retornamos ahora al PRD donde nacimos, para
ayudar a sellar sus grietas, para predicar la necesidad del perdón,
de la reconciliación y de la compasión. Para contribuir a
cicatrizar heridas y producir acercamientos, para ayudar a zanjar diferencias,
limar asperezas y trabajar para que completemos el sueño del Dr.
Peña Gómez.
No somos nosotros, sino las sagradas cenizas del líder amado
que desde donde se encuentra con su voz rítmica y potente reclama que
el PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO vuelva a ser un punto de
reencuentro, de reconexiones con sus principios fundacionales, donde exista
la unidad,
aún dentro de la diversidad.
Estoy convencido que el nivel de compromiso que tenemos con
este pueblo los hombres y
las mujeres que recibimos las enseñanzas del Dr. José Francisco Peña Gómez, nos conducirá a unirnos, a perdonarnos mutuamente los errores, y con corazón cristiano e iluminados por Dios, comenzar a trabajar unidos, para hacer que nuevamente
el PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO se convierta en la fuerza política
más poderosa de la República Dominicana, para poder así,
expulsar del
Palacio Nacional en el año 2016, a los fariseos que se han
hecho multimillonarios mediante el saqueo del patrimonio nacional.
Esa es la razón, por la cual renuncié a la presidencia del
PDI.