Opinión: En Diverso. Por Carolina Romano
PORTADA 11:27
Por Carolina Romano
Del día del amor y la amistad al carnaval y la Independencia. Así se pasa el pueblo en febrero. Unos comprando el regalito del amorcito, el de la vecina que de vez en cuando cuida a los niñitos y el de la buena amiga que siempre está ahí aunque sea pa¨oí lo chime.
Pasando el 14 y el 15 entra el carnaval que hasta en la escuela lo ponen de tarea. La masa aprovecha para disfrazar su realidad y su tristeza, los pedigüeños se visten de algo para justificar en los semáforos y barrios la pedidera. En el interín llega el natalicio de Mella, fiero patriota, a quien quizá al ver lo maleable de muchos de sus homólogos militares hoy, se le estarían revolviendo las entrañas, pero de él se hablará en algunos cursos y uno que otro sagaz publicista hará un anuncio.
Mientras el pueblo festeja, en su universo paralelo los ilustres empresarios luchan por un código laboral que ayude a la gente a adelgazar. Claro! Porque si elevan a 48 las horas de trabajo y no les aumentan el salario están facilitando que sus “colaboradores” incrementen los ejercicios y disminuyan la comida. Eso los llevará a adelgazar hasta languidecer. ¡De qué nos quejamos! Nuestros grandes empresarios son solidarios y empáticos prefieren engordar ellos y que el resto rebaje.
Por otro lado, el embajador norteamericano se reúne con los movimientos gays, y se suspende el coctel al Presidente porque no invitaron al “dependiente”. Entre tanto, esperamos la demostración pública de la nueva cédula para despejar las dudas y quejas. Y en lo que ponemos reglas en la constitucionalidad y legalidad de la nacionalidad, la frontera sigue sin autoridad. En eso llega la Independencia, nos recuerda la libertad, y ambos universos se unen unos para esclavizar y otros para proclamarla sin saber cómo mantenerla y defenderla.
Permita Dios que el amor y la amistad sigan, que las máscaras se vayan y que en realidad viva ¡Viva la Independencia Dominicana!
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