En Diverso
OPINIONES 11:23
Por Carolina Romano
Del día
del amor y la amistad al carnaval y la Independencia. Así se pasa el pueblo en
febrero. Unos comprando el regalito del amorcito, el de la vecina que de vez en
cuando cuida a los niñitos y el de la buena amiga que siempre está ahí aunque
sea pa¨oí lo chime.
Pasando
el 14 y el 15 entra el carnaval que hasta en la escuela lo ponen de tarea. La
masa aprovecha para disfrazar su realidad y su tristeza, los pedigüeños se
visten de algo para justificar en los semáforos y barrios la pedidera. En el
interín llega el natalicio de Mella, fiero patriota, a quien quizá al ver lo
maleable de muchos de sus homólogos militares hoy, se le estarían revolviendo
las entrañas, pero de él se hablará en algunos cursos y uno que otro sagaz
publicista hará un anuncio.
Mientras
el pueblo festeja, en su universo paralelo los ilustres empresarios luchan por
un código laboral que ayude a la gente a adelgazar. Claro! Porque si elevan a
48 las horas de trabajo y no les aumentan el salario están facilitando que sus
“colaboradores” incrementen los ejercicios y disminuyan la comida. Eso los
llevará a adelgazar hasta languidecer. ¡De qué nos quejamos! Nuestros grandes
empresarios son solidarios y empáticos prefieren engordar ellos y que el resto
rebaje.
Por
otro lado, el embajador norteamericano se reúne con los movimientos gays, y se
suspende el coctel al Presidente porque no invitaron al “dependiente”. Entre
tanto, esperamos la demostración pública de la nueva cédula para despejar las
dudas y quejas. Y en lo que ponemos reglas en la constitucionalidad y legalidad
de la nacionalidad, la frontera sigue sin autoridad. En eso llega la
Independencia, nos recuerda la libertad, y ambos universos se unen unos para
esclavizar y otros para proclamarla sin saber cómo mantenerla y defenderla.
Permita
Dios que el amor y la amistad sigan, que las máscaras se vayan y que en
realidad viva ¡Viva la Independencia Dominicana!
Email: c.romanoflorentino@gmail.com