OPINION: Juventud y Mercado Laboral
10:09
Autora: Margarita Cedeño de Fernández
En el marco de las labores del Observatorio de Políticas
Sociales y Desarrollo, que promovemos desde el Gabinete de Políticas Sociales,
se realizó un panel sobre Juventud y Mercado Laboral, con el apoyo del
Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), con el propósito de debatir
sobre el fenómeno del desempleo juvenil en la República Dominicana, e
identificar, desde la academia, posibles soluciones para romper el círculo de
pobreza que genera el desempleo juvenil.
Este es un tema que ha tomado mayor importancia para los
Gobiernos, a partir de la crisis económica y financiera internacional del 2008,
que influyó decididamente en la percepción de la problemática, especialmente en
el ámbito político. A partir de la crisis, el desempleo juvenil experimentó un
alza constante, que llevó a la Organización Internacional del Trabajo a
declarar en crisis el desempleo juvenil, por el aumento sin precedentes que
evidenció en sus análisis.
Esta situación, como lo plantean las investigaciones
realizadas por el Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo, tiene como
efectos principales, el desaprovechamiento del bono demográfico y la mano de
obra joven que puede impulsar el desarrollo del país, el aumento de la
delincuencia y la violencia, la inseguridad alimentaria y la proliferación de
actitudes y acciones alejadas de la moral.
Es preciso priorizar las medidas que los expertos y los
organismos internacionales plantean sobre el tema.
Uno de ellos es la solución a la falta de experiencia de
los jóvenes. Es un círculo absurdo causado por la inexistencia de incentivos
que impulsen a la empresa privada a diseñar e implementar programas de
pasantías laborales.
En noviembre pasado, en esta misma columna, abordamos el
tema, adoptando la propuesta que realiza el Banco Interamericano de Desarrollo
para la implementación de programas de aprendices, como un compromiso de los
empleadores con el desarrollo de las habilidades que requieren los jóvenes.
Existe evidencia de que estos programas resultan en una
disminución considerable del desempleo juvenil. Además, constituyen una
respuesta a la necesidad que tiene el sector privado de obtener mano de obra
calificada, generando mejores perspectivas en empleabilidad y salarios, a la
vez que aportan más a la innovación de las empresas.
Por otro lado, se plantea el desfase que existe entre la
formación para los jóvenes frente a las demandas del sector laboral. A pesar de
que tenemos una juventud que se está educando y una economía en constante
expansión, existen nudos que impiden absorber la mano de obra más calificada.
No puedo dejar de mencionar que, en el caso de las
mujeres, el reto se duplica, puesto que hay una discriminación por el hecho de
ser jóvenes, y a esto se suma la discriminación por género. La información
disponible apunta a que la situación laboral de las mujeres jóvenes es
dramática.
En el informe que elaboró el Banco Central, titulado
“Transiciones en el mercado de trabajo de las mujeres y hombres jóvenes en la
República Dominicana”, se revela que la mujer está afectada por una tasa de
desempleo que es el doble de los hombres.
Hay tres hallazgos importantes de este estudio, que contó
con el apoyo de la OIT, y que deben ser tomados en cuenta a la hora de diseñar
una política pública para abordar el problema: los jóvenes entienden que hay
pocos puestos de trabajo disponibles, lo que nos lleva a la necesidad de
duplicar los esfuerzos de inclusión productiva. De igual manera, es
imprescindible el diseño de políticas que generan empleos satisfactorios para
los jóvenes, acordes con sus expectativas. Y finalmente, hay que invertir más
en la educación y formación del capital humano que requiere el mercado
productivo.
Estos hallazgos están en consonancia con las
recomendaciones y las diversas acciones que sugieren los expertos,
especialmente los participantes del Panel realizado en INTEC. El desempleo en
los jóvenes es una preocupación que requiere respuestas urgentes desde las
políticas públicas.
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