OPINION: Inversión a largo plazo
OPINION 13:03
La educación es
una inversión a muy largo plazo. Si nos auxiliáramos de términos financieros,
diríamos que es una colocación que se ha realizado por largo período, con la
intención de que rinda mayores beneficios, lo que requiere de mucha paciencia.
Se trata de una apuesta valiente, en un ámbito político, donde el tiempo es
escaso, lo que muchas veces obliga a los Gobiernos a desarrollar los proyectos
que dejen resultados inmediatos, para así mantener altas probabilidades en el
favor político y electoral.
El Partido de la Liberación Dominicana se ha caracterizado por realizar inversiones a largo plazo. Lo hemos visto en los programas de protección social, como Progresando con Solidaridad, que se han tomado 10 años para dejar en la ciudadanía sus mayores frutos, que han requerido de mucha planificación y perseverancia.
Igual lo vemos en lo que hace el actual Gobierno con la educación, que ha requerido de valentía y de visión de país. Con gran esfuerzo, este Gobierno se ha olvidado del beneficio político del corto plazo y se ha concentrado en el beneficio que genera el capital social para nuestra sociedad.
En ese marco, el informe PISA que ha sido publicado recientemente, sirve como un punto de partida que permitirá demostrar, con criterio académico, el avance continuo que resulta de la enorme inversión que se está realizando en las escuelas del país.
No cabe dudas de que invertir en la educación es muy rentable, puesto que al fomentar la escolaridad, reducimos la delincuencia, mejoramos las aptitudes de los niños y niñas, y les conducimos hacia un mayor nivel de vida en su futuro profesional.
En este cuatrienio que inició en el 2016, el enfoque de la inversión debe moverse de la infraestructura hacia la calidad de la educación, tal y como ha sido planteado por diversos organismos internacionales y nacionales, que han visto la importancia de mejorar el nivel del profesorado, así como los contenidos y la metodología que se utiliza. Como ha dicho Andreas Schleicher, coordinador del informe PISA: “La calidad de la educación nunca será mejor que la calidad de los profesores”.
Lo hallazgos de una evaluación de tanto prestigio como el informe PISA nos mueven hacia lo que ya es el consenso internacional que plantea, que mejorar los profesores es más eficiente que disminuir la cantidad de alumnos por profesor, y que fomentar la autonomía de los centros con una enseñanza adaptada al nivel del alumno, y con un uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación, son estrategias que resultan en mejores estudiantes y, por ende, mejores profesionales y ciudadanos.
Un punto importante donde la educación debe hacer énfasis es en la atención a las diferencias socioeconómicas entre los estudiantes y a los problemas que esto les genera; puesto que realidades como la violencia intrafamiliar, el embarazo en adolescente, el trabajo infantil, la delincuencia juvenil y el acoso y deserción escolar, se verifican con más frecuencia cuando las condiciones de vulnerabilidad de los estudiantes son mayores.
En ese sentido, se requiere un alto compromiso e integración por parte de los padres, tutores y maestros, con la identificación de los factores exógenos que influyen en el bienestar de los alumnos y en su capacidad de aprendizaje.
Hemos visto experiencias positivas desde el programa Progresando con Solidaridad, donde la alianza entre sector público y sector privado, en torno a la educación, ha resultado en una mejora de los indicadores de asistencia, deserción y repitencia. Al atender realidades sociales apremiantes, permitimos a la comunidad educativa concentrarse en la labor más importante, que es llevar conocimientos y formas de aprendizaje continuo al estudiantado.
El éxito de la inversión en educación no solo depende del Gobierno dominicano. Depende también de los demás entes que conforman la sociedad, ya que la indiferencia ante las realidades que impactan nuestro nivel educativo, resultarán en un fracaso del ambicioso proyecto que se ha emprendido.
El Partido de la Liberación Dominicana se ha caracterizado por realizar inversiones a largo plazo. Lo hemos visto en los programas de protección social, como Progresando con Solidaridad, que se han tomado 10 años para dejar en la ciudadanía sus mayores frutos, que han requerido de mucha planificación y perseverancia.
Igual lo vemos en lo que hace el actual Gobierno con la educación, que ha requerido de valentía y de visión de país. Con gran esfuerzo, este Gobierno se ha olvidado del beneficio político del corto plazo y se ha concentrado en el beneficio que genera el capital social para nuestra sociedad.
En ese marco, el informe PISA que ha sido publicado recientemente, sirve como un punto de partida que permitirá demostrar, con criterio académico, el avance continuo que resulta de la enorme inversión que se está realizando en las escuelas del país.
No cabe dudas de que invertir en la educación es muy rentable, puesto que al fomentar la escolaridad, reducimos la delincuencia, mejoramos las aptitudes de los niños y niñas, y les conducimos hacia un mayor nivel de vida en su futuro profesional.
En este cuatrienio que inició en el 2016, el enfoque de la inversión debe moverse de la infraestructura hacia la calidad de la educación, tal y como ha sido planteado por diversos organismos internacionales y nacionales, que han visto la importancia de mejorar el nivel del profesorado, así como los contenidos y la metodología que se utiliza. Como ha dicho Andreas Schleicher, coordinador del informe PISA: “La calidad de la educación nunca será mejor que la calidad de los profesores”.
Lo hallazgos de una evaluación de tanto prestigio como el informe PISA nos mueven hacia lo que ya es el consenso internacional que plantea, que mejorar los profesores es más eficiente que disminuir la cantidad de alumnos por profesor, y que fomentar la autonomía de los centros con una enseñanza adaptada al nivel del alumno, y con un uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación, son estrategias que resultan en mejores estudiantes y, por ende, mejores profesionales y ciudadanos.
Un punto importante donde la educación debe hacer énfasis es en la atención a las diferencias socioeconómicas entre los estudiantes y a los problemas que esto les genera; puesto que realidades como la violencia intrafamiliar, el embarazo en adolescente, el trabajo infantil, la delincuencia juvenil y el acoso y deserción escolar, se verifican con más frecuencia cuando las condiciones de vulnerabilidad de los estudiantes son mayores.
En ese sentido, se requiere un alto compromiso e integración por parte de los padres, tutores y maestros, con la identificación de los factores exógenos que influyen en el bienestar de los alumnos y en su capacidad de aprendizaje.
Hemos visto experiencias positivas desde el programa Progresando con Solidaridad, donde la alianza entre sector público y sector privado, en torno a la educación, ha resultado en una mejora de los indicadores de asistencia, deserción y repitencia. Al atender realidades sociales apremiantes, permitimos a la comunidad educativa concentrarse en la labor más importante, que es llevar conocimientos y formas de aprendizaje continuo al estudiantado.
El éxito de la inversión en educación no solo depende del Gobierno dominicano. Depende también de los demás entes que conforman la sociedad, ya que la indiferencia ante las realidades que impactan nuestro nivel educativo, resultarán en un fracaso del ambicioso proyecto que se ha emprendido.