En el Día Internacional del Migrante CNDH lamenta racismo en sociedad dominicana
PORTADA 10:17
Celebramos este domingo 18 de diciembre el Día Internacional del Migrante establecido por las Naciones Unidas en el 2000
República Dominicana. En esa ocasión la Asamblea General de la ONU en consideración del hecho “que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en ella, sin distinción de ningún tipo, en particular de raza, color u origen nacional” y “teniendo en cuenta el número elevado y cada vez mayor de migrantes que existe en el mundo” decidió dedicar esa jornada a los migrantes por la necesidad de seguir tratando de asegurarles el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
¿Pero cómo se encuentra la sociedad dominicana frente a esta nueva celebración?
Somos un país multiétnico. Nuestras diferentes raíces, la europea, la africana y la indígena se han fusionado originando el pueblo dominicano. A nosotros, más que a nadie, debería resultar fácil entender, comprender y amar los migrantes porque nuestros antepasados, todos ellos, los españoles, los tainos y los africanos, eran migrantes.
Los europeos colonizaron nuestra isla, pero también los indígenas que ahí encontraron a su vez habían llegado desde Sur América, mientras que los africanos, pues todos sabemos cómo fue que llegaron hasta la Hispaniola.
República Dominicana es un país de destino, tránsito y origen de seres humanos. Dominicanos y dominicanas pueblan las ciudades más grandes de Estados Unidos y de Europa, allá sufren discriminación, marginación y precariedades, pero logran también obtener sucesos, crear familias, emprender negocios y mantener sus seres queridos aquí en el país.
“Volvió Juanita” no es solo una bonita canción que se escucha en Navidad, es también la realidad de miles y miles de mujeres que dejan sus hogares, dejan sus hijos a tías y abuelos y solas emprenden largos viajes para buscar mejores oportunidades en otros países. Ese fenómeno se llama feminización de los flujos migratorios. Otras Juanitas provenientes de Haití hacen lo mismo en República Dominicana. Todas las mujeres migrantes merecen ser tratadas con dignidad. Todos los migrantes merecen ser tratados con dignidad. En muy raras ocasiones la migración se da por libre elección, en la gran mayoría de los casos es empujada por una necesidad.
“Por eso en ese día queremos recordar los sacrificios de nuestros connacionales en el exterior y los de los miles de hombres y mujeres que cruzan la frontera con Haití ambafil, por debajo de la cuerda. Saludamos también la llegada de tantos hermanos venezolanos en estos últimos años y sabemos que por cuantos migrantes llegan en nuestra isla, tantos dominicanos emprenden su viaje hacia el extranjero” ha declarado en ocasión de ese día tan especial el Dr. Manuel María Mercedes, presidente nacional de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Frente a estas consideraciones, condenamos enérgicamente episodios de racismo y de intolerancia tanto de individuos particulares como de las autoridades frente a cualquier ser humanos se encuentre en esa condición. Así como condenamos y hemos condenado en pasado los abusos cometidos hacia nuestros connacionales en otros países.
“Condenamos también cuanto ocurrido hace algunos días y reportado por la prensa, ya que presuntamente una mujer dominicana fue obligada a subir en un camión de Migración para ser deportada y el chofer del autobús le pidió que dijera “perejil” al estilo trujillista, para averiguar sobre la base de su acento su nacionalidad”.
Exigimos a las Dirección General de Migración por lo tanto que haga una investigación exhaustiva de lo acontecido, y de confirmarse el hecho, de proveer a la inmediata cancelación del chofer del vehículo del Estado dominicano.
Episodios como este son inaceptables, más aun cuando vienen de autoridades que deben actuar bajo el respeto de los estándares internacionales en materia de deportaciones de extranjeros en situación migratoria irregular y que sin embargo, lamentablemente evidencian cuanto sea difícil de erradicar un cierto racismo estructural, lamentable herencia de la dictadura de Trujillo.
Recordamos que apenas hace algunas semanas el abogado Genaro Rincón, activista, fue brutalmente agredido con premeditación por individuos exclusivamente por su rol de defensor de los derechos de dominicanos de ascendencia haitiana y la oficina de la abogada Noemí Méndez ha sido atacada por desconocidos el pasado 12 de diciembre.
Pedimos a las autoridades competentes que esclarezcan todos estos hechos con la debida urgencia y seriedad y en el mismo tiempo, formulen medidas para proteger los migrantes y las y los defensores de sus derechos humanos, enviando claros mensajes a la población de condena y repudio de cada hecho o episodio de intolerancia y racismo.
