OPINIONES: Más mujeres candidatas
OPINIONES, PORTADA 12:01
Autora: Margarita Cedeño de Fernández
@Margaritacdf
En varias ocasiones nos hemos referido al tema de la
participación femenina en la política, y hemos postulado sobre la necesidad de
que el sistema político propicie la integración efectiva de la mujer.
En el sistema democrático, la representatividad de los
entes sociales propicia la atención a las temáticas que le afectan, por lo
cual, una mayor participación de las minorías en los puestos de toma de
decisión, asegura una atención más precisa a las problemáticas que les afectan.
En el caso de los asuntos de género, si bien se ha creado
una conciencia sobre el tema en todos los estamentos sociales, no menos cierto
es que los proyectos legislativos y las políticas públicas enfocadas hacia la
mujer, requieren de un mayor esfuerzo para ser implementadas, en tanto la
comprensión, pertinencia y articulación de las mismas, encuentran obstáculos en
varios estamentos del Estado.
La República Dominicana no solo figura entre los países
que no han tenido Jefas de Estado o de Gobierno, sino que también tiene el tercer
porcentaje más bajo de Ministras en el Gabinete, sólo superada por El Salvador
y Uruguay; a la vez que mantiene un porcentaje de participación de la mujer en
el Poder Legislativo menor a la media de la región.
Apenas 2 de cada 10 miembros de la Cámara de Diputados
son mujeres; y 1 de cada 10 miembros del Senado es mujer.
La semana pasada trajimos al país a la Dra. Vivian Roza,
experta en temas de género del Banco Interamericano de Desarrollo, y en su
Conferencia nos planteaba los distintos obstáculos y factores que impiden una
mayor participación de la mujer en la política.
El primer conjunto de factores son de índole
socioeconómicos, como son la educación, la participación en la fuerza laboral y
la pobreza. Aunque las estadísticas indican que una mayor cantidad de mujeres
concluyen sus estudios secundarios y se embarcan en estudios universitarios, lo
cierto es que esto no se ha traducido, aún, en un aumento de la participación
de la mujer en el ámbito laboral ni mucho menos salarial. Por igual, las cifras demuestran lo que ya
antes hemos evaluado, y es que la pobreza tiene cara de mujer, ya que 7 de cada
10 hogares categorizados como “pobres” tienen como Jefa de Hogar a una mujer.
El segundo conjunto de factores es de índole
institucional, ya que en el sistema electoral y el sistema de partidos
persisten procesos de selección de candidatos y candidatas que mantienen en
desventaja a la mujer, porque esta tiene menor acceso al financiamiento y tiene
una menor representación en los entes de toma de decisión. Por eso es Urgente
el fortalecimiento de las medidas y disposiciones que contiene la propuesta de
Ley de Partidos para asegurar una mayor participación femenina en los torneos
electorales.
Finalmente, un tercer conjunto de factores corresponden al
ámbito cultural, donde la socialización, los estereotipos y el sesgo de los
medios, constituyen obstáculos para cualquier candidatura femenina. La
investigación de Vivian Roza plantea que en las elecciones congresionales y
municipales del 2010, las candidatas a diputadas recibieron una cobertura
mediática de un 19.9%, a pesar de que representaban el 36% del total de
candidaturas; y que el 84.6% de las noticias de candidatos estuvo acompañada
por una foto, frente a un 53.2% de las noticias sobre candidatas.
A pesar de ello, existe un consenso sobre la aspiración
del electorado de que las mujeres participen en la política con mayor
preeminencia. Para ello, es preciso propiciar plataformas de formación y
capacitación enfocadas hacia las mujeres; apoyar a las posibles candidatas en
la creación de sus programas y propuestas; legislar para propiciar un mayor
acceso al financiamiento, como ha pasado en Brasil, Colombia, Costa Rica y
otros países más.
Apoyar la participación de la mujer en la política es
propiciar una nueva política, más honesta y dirigida a la gente, es poder
lograr un país incluyente, con justicia social y desarrollo sostenible.