OPINION: Nueva York, ciudad de miserables!
ECONOMICAS, PORTADA 7:09
Nueva York: Ciudad de miserables!
Vivir la experiencia
de residir aunque sea por un tiempo en la ciudad de Nueva York es realmente
extraordinario en términos de aprendizaje para la vida. El poder estar en
contacto directo todos los días con la gran diversidad de nacionales del mundo
que aquí viven, de la manera que sea, te permite tener una perspectiva amplia
de lo que significa una vida de grandes sacrificios, una vida que en muchos
casos se puede calificar de miserable.
Una ciudad
superpoblada, en un país con grandes libertades y oportunidades, pero también
una urbe donde se vive con inmensas necesidades insatisfechas, que muchos dirán
“eso no importa y vale la pena, porque estoy mal, pero en Nueva York”, que es
la capital del mundo.
El rumbero salsero de
origen cubano, Justi Barreto, dice en una salsa “la ciudad de Nueva York, lo
más lindo de este mundo, más histórico y profundo que creo nuestro señor”, “Ayy
mi Dios, mo tinde male jum sala”.
Otro salsero, Willi
Colón, nacido y criado en el Bronx, también
compuso un tema en honor a esa gran ciudad, con frases fuertes, y dice: “Nueva
York, paisaje de acero, no sé si te odio no sé si te quiero, cuando estoy
contigo me siente inquieto por largarme, selva de concreto, mágica ciudad de
los sueños dorados, capital de desilusiones, ciudad alameda, locura valiente,
belleza turba, millones de seres juntos se sienten solos cuan desventurados que
no perdonan”.
Y un tema de Ruben
Blades dice así: “Una ciudad de plástico, de edificios cancerosos y corazón de
oropel, donde en vez de un sol amanece un dólar, donde nadie ríe, donde nadie
llora, con gentes de rostros de polyester que escuchan sin oír y miran sin ver,
gente que vendió por “comodidad”, su
razón de ser y su libertad”. Nada retrata más claro la ciudad de Nueva York,
que esas últimas letras.
Una ciudad
consumista, donde hay mucha gente laboriosa, pero también muchos vagos. Donde
trabajas largas horas solo para pagar los taxes, la renta, la luz, el gas y el
telecable, por lo tanto mucha gente necesita la tarjeta de cupones “Food Stamps”,
Sección 8 y los chequecitos de manutención para niños, los denominados “Wic”,
ayy mi Dios, que ciudad.
Aquí no es raro ver a
la gente, ya sean americanos rubios o negros, hispanos, europeos, asiáticos o de
cualquier otra latitud, reclamar de mala manera hasta por un “penny” (un
centavo de dólar) en los comercios, ufffff, cuanta miseria se vive aquí.
Ciudad donde muchos
duermen en las calles o en albergues públicos, donde muchos piden y duermen en
las calles y estaciones de trenes, y donde el chiripeo también es una gran
cultura, actividad muy notable en distintas calles de la Gran Manzana.
Los mendigos pululan,
la gente envejece y se tuerce, muchos sonámbulos deambulan y muchos enfermos
caminan en las calles con las miradas perdidas, una ciudad donde la hipocresía
es un arte cotidiano, eso es Nueva York, “donde todos quieren venir”.
Ciudad de turistas,
ciudad de lindos y altos edificios, ciudad de compras, de grandes tiendas,
ciudad de trenes, ciudad de drogas, de mendigos, vagabundos y bandidos, de
trafico, ciudad de las mafias y del tumbe, ciudad del cuento, del vacilón y de
la juca, ciudad de los cupones, ciudad de competencia social, de muchos ricos y
millonarios, pero también una ciudad de muchos “pobres”, con todo esto, al fin
y al cabo, “Nueva York: Ciudad de miserables”.
Autor: Marc Santana
El autor es Periodista