Opinión.Una reelección consecutiva presidencial ha sido una legítima aspiración de las mayorías en RD
OPINIONES, PORTADA 11:39
República Dominicana. Un sistema de elección presidencial semejante al estadounidense, que permita al gobernante de turno una relección consecutiva, ha sido históricamente una legítima aspiración de las mayorías del país y muchas otras naciones del hemisferio latinoamericano. Esa norma constitucional se logró por fin establecer en el año 2003, pero fue modificada en la reforma constitucional del 2010.
Ahora que el comité político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se propone introducir un proyecto para pedir que se restablezca la reelección presidencial por un periodo consecutivo, es propicio recordar que el 9 de octubre de 2006 el gobierno, que entonces encabezaba Leonel Fernández, convocó a una gran consulta popular para conocer la opinión de los ciudadanos sobre una posible reforma constitucional y sus diversos aspectos, incluyendo la reelección.
Sobre la reelección, en la mayoría de los 154 municipios existentes en ese momento, los ciudadanos votaron para que se quedara como estaba. Es decir, dos periodos y nunca más. Concretamente el 48% defendió el modelo norteamericano.
Sólo un 13% eligió que fuera consecutiva dejando un periodo por el medio y el 11% se respondió que se permitiera la reelección de manera indefinida, que fueran los votantes los descartaran al Presidente cuando lo consideraran oportuno.
En los últimos meses, la fórmula de “dos periodos y nunca más” ha duplicado la expresión de la sociedad. El 80% de los dominicanos ha dicho que está de acuerdo con esa reforma, especialmente en el caso del presidente Danilo Medina.
La Constitución del 2010, que recogió el consenso de grandes segmentos de la población por medio de la gran consulta, tuvo en cuenta el sentir de la mayoría para las modificaciones, la ampliación de los derechos y la modernización del marco normativo, pero el nuevo texto desconoció la reelección por un periodo consecutivo, un punto clave de la expresión de la voluntad popular.
De modo que la modificación constitucional que se propone ahora, es sencillamente volver a lo que fue y ha sido por mucho tiempo el sentir de la población, y si el pueblo se expresó en las consultas pasadas en favor de ese sistema de elección presidencial, no es necesario repetir las respuestas con una nueva consulta.
El liderazgo nacional tiene ahora la oportunidad de responder con responsabilidad y enmendar la fórmula actual, que ha mostrado ser uno de los peores modelos de elección presidencial, porque no sólo impide el surgimiento de nuevos liderazgos, sino que además deja truncos importantes proyectos y programas de gobierno que precisan un tiempo mayor de cuatro años para su verdadero impacto económico y social.
La mayoría del pueblo merece ser escuchada. De manera, que es legítimo y conveniente que esa modificación se produzca, porque si el pueblo verdaderamente lo quiere, que siga entonces Danilo Medina.