La piel electrónica nos da un "sexto sentido magnético"
MUNDO 14:47
Alemania. Científicos de Alemania y Japón desarrollaron un
nuevo sensor magnético que se aplica a la piel y podría dotar a los humanos con
lo que se denomina magnetorrecepción. Este "sexto sentido" es lo que
le permite a muchos animales detectar campos magnéticos para su orientación y
navegación. La lámina de sensores es lo suficientemente delgada, robusta y
maleable para aplicar y adaptar a cualquier parte de la piel humana.
Magnetorrecepción
Las aves en vuelo conocen su posición, altura y dirección
gracias a la magnetorrecepción.
Es un sentido que está presente en las bacterias, insectos
como las abejas y otros vertebrados como los tiburones. Les permite detectar
campos magnéticos para poder orientarse, navegar y regresar a su lugar de
origen.
Los seres humanos, sin embargo, no tienen la habilidad de
percibir ese magnetismo de forma natural.
Ahora, sin embargo, una investigación realizada
conjuntamente entre el Instituto Leibniz de Investigación sobre Estados Sólidos
y Materiales (IFW Dresde), la Universidad Técnica de Chemnitz, en Alemania, y
las universidades de Tokio y Osaka, en Japón, presenta esa posibilidad.
El equipo de investigadores, encabezados por el doctor Denys
Makarov, del IFW Dresde, lograron desarrollar una piel electrónica con un
sistema sensorial magnético que dota al usuario de un "sexto sentido"
capaz de percibir la presencia de campos magnéticos estáticos o dinámicos.
"Imperceptible"
Esta nueva malla magnetoelectrónica tiene menos de dos
micrómetros de espesor y pesa apenas tres gramos por metro cuadrado; puede,
inclusive, flotar sobre la superficie de una burbuja.
Los sensores magnéticos pueden, además, ser doblados a
radios extremos de menos de tres micrómetros, y resistir ser arrugados como un
pedazo de papel sin perder sus propiedades sensoriales.
Colocados sobre una superficie de apoyo elástica, como una
banda de goma, se pueden estirar a más de 270% de su longitud durante más de
1.000 ciclos sin presentar fatiga.
La versatilidad se logró al elaborar los elementos
magnetoelectrónicos sobre una base robusta de polímeros que es a la vez ultra
delgada y flexible.
Estas características son las que permiten que los sensores
se puedan adaptar suavemente sobre cualquier zona de la piel humana, inclusive
las partes más flexibles de la palma de la mano, sin que se altere su función.
"Estos sensores magnéticos ultra delgados con una
solidez mecánica extraordinaria son idealmente adecuados para ser colocados de
manera discreta e imperceptible como dispositivos de asistencia en orientación
y manipulación", declaró el profesor Oliver G. Schmidt, director del
Instituto de Nanociencias Integradas de IFW Dresde.
Usos y aplicaciones
Los sensores permiten "sentir" o percibir
orientación con base en el campo magnético normal de la Tierra, sin la
necesidad de una brújula o un GPS satelital.
El usuario podría recibir la sensación a través de una
vibración o en algún dispositivo móvil.
Su potencial uso permitiría la navegación en la oscuridad y
hasta puede ser ampliado a las personas con discapacidad visual para orientarse
en un espacio que tenga su propio campo magnético de referencia.
Otro amplio uso de los sensores magnéticos sería en
implantes y prótesis para conocer la posición exacta de las articulaciones,
como también en los dispositivos que monitorean la salud, según explicó por
teléfono a BBC Mundo el doctor Denys Makarov, líder del proyecto.
"Los sensores pueden detectar cualquier tipo de
movimiento, así que pueden monitorear la actividad muscular, particularmente
del corazón", expresó el doctor Makarov.
Lo más destacado, sin embargo, es que "nos da una
sensación adicional fuera de los cinco sentidos que tenemos", afirmó
Makarov.
"Extiende la posibilidad de manipular objetos en un
mundo virtual, por ejemplo, sin deformarlos en el mundo físico".
Alemania. Científicos de Alemania y Japón desarrollaron un
nuevo sensor magnético que se aplica a la piel y podría dotar a los humanos con
lo que se denomina magnetorrecepción. Este "sexto sentido" es lo que
le permite a muchos animales detectar campos magnéticos para su orientación y
navegación. La lámina de sensores es lo suficientemente delgada, robusta y
maleable para aplicar y adaptar a cualquier parte de la piel humana.
Magnetorrecepción
Las aves en vuelo conocen su posición, altura y dirección
gracias a la magnetorrecepción.
Es un sentido que está presente en las bacterias, insectos
como las abejas y otros vertebrados como los tiburones. Les permite detectar
campos magnéticos para poder orientarse, navegar y regresar a su lugar de
origen.
Los seres humanos, sin embargo, no tienen la habilidad de
percibir ese magnetismo de forma natural.
Ahora, sin embargo, una investigación realizada
conjuntamente entre el Instituto Leibniz de Investigación sobre Estados Sólidos
y Materiales (IFW Dresde), la Universidad Técnica de Chemnitz, en Alemania, y
las universidades de Tokio y Osaka, en Japón, presenta esa posibilidad.
El equipo de investigadores, encabezados por el doctor Denys
Makarov, del IFW Dresde, lograron desarrollar una piel electrónica con un
sistema sensorial magnético que dota al usuario de un "sexto sentido"
capaz de percibir la presencia de campos magnéticos estáticos o dinámicos.
"Imperceptible"
Esta nueva malla magnetoelectrónica tiene menos de dos
micrómetros de espesor y pesa apenas tres gramos por metro cuadrado; puede,
inclusive, flotar sobre la superficie de una burbuja.
Los sensores magnéticos pueden, además, ser doblados a
radios extremos de menos de tres micrómetros, y resistir ser arrugados como un
pedazo de papel sin perder sus propiedades sensoriales.
Colocados sobre una superficie de apoyo elástica, como una
banda de goma, se pueden estirar a más de 270% de su longitud durante más de
1.000 ciclos sin presentar fatiga.
La versatilidad se logró al elaborar los elementos
magnetoelectrónicos sobre una base robusta de polímeros que es a la vez ultra
delgada y flexible.
Estas características son las que permiten que los sensores
se puedan adaptar suavemente sobre cualquier zona de la piel humana, inclusive
las partes más flexibles de la palma de la mano, sin que se altere su función.
"Estos sensores magnéticos ultra delgados con una
solidez mecánica extraordinaria son idealmente adecuados para ser colocados de
manera discreta e imperceptible como dispositivos de asistencia en orientación
y manipulación", declaró el profesor Oliver G. Schmidt, director del
Instituto de Nanociencias Integradas de IFW Dresde.
Usos y aplicaciones
Los sensores permiten "sentir" o percibir
orientación con base en el campo magnético normal de la Tierra, sin la
necesidad de una brújula o un GPS satelital.
El usuario podría recibir la sensación a través de una
vibración o en algún dispositivo móvil.
Su potencial uso permitiría la navegación en la oscuridad y
hasta puede ser ampliado a las personas con discapacidad visual para orientarse
en un espacio que tenga su propio campo magnético de referencia.
Otro amplio uso de los sensores magnéticos sería en
implantes y prótesis para conocer la posición exacta de las articulaciones,
como también en los dispositivos que monitorean la salud, según explicó por
teléfono a BBC Mundo el doctor Denys Makarov, líder del proyecto.
"Los sensores pueden detectar cualquier tipo de
movimiento, así que pueden monitorear la actividad muscular, particularmente
del corazón", expresó el doctor Makarov.
Lo más destacado, sin embargo, es que "nos da una
sensación adicional fuera de los cinco sentidos que tenemos", afirmó
Makarov.
"Extiende la posibilidad de manipular objetos en un
mundo virtual, por ejemplo, sin deformarlos en el mundo físico".