Cómo Francisco gestionó la caída del "Muro del Caribe"
PORTADA 6:30
Si Karol Wojtyla, el papa polaco venido del Este, es
recordado por haber contribuido a derribar el Muro de Berlín, Jorge Bergoglio ,
el papa del fin del mundo, quedará en la historia por haber sido el artífice de
la caída del "Muro del Caribe".
Los líderes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl
Castro, agradecieron ayer al unísono y elogiaron el papel clave tanto de
Francisco como del Vaticano para que pudieran anunciarle al mundo su
trascendental decisión de restablecer relaciones diplomáticas, el principio del
fin al embargo y el comienzo de una nueva etapa en la historia del continente
americano.
Fue el mejor regalo de cumpleaños que podrían haberle hecho
al Papa, que ayer, al cumplir 78 años, se anotó un verdadero golazo en un
escenario político internacional de lo más complejo.
Sin duda, hay que darle crédito a la diplomacia vaticana,
que desde hace décadas viene ocupándose de cerca de la situación cubana, con
denuncias y un trabajo silencioso en la isla comunista. Pero fue Francisco, el
primer papa latinoamericano, el que logró derribar el muro de la desconfianza
entre los dos enemigos históricos y convertirse en un mediador confiable tanto
para Estados Unidos como para Cuba. Fue Francisco el que, una vez más, demostró
tener la audacia y el coraje de jugarse en primera persona, de involucrarse
personalmente, desde su cargo de líder máximo de la Iglesia Católica y de
autoridad moral en el mundo, para ayudar concretamente a la paz y a la
reconciliación de los pueblos.
Algo que ya se visto hacer en mayo pasado, cuando se
involucró personalmente en otro conflicto de más de 60 años, el
palestino-israelí, al invitar a los presidentes de Israel y Palestina a una
oración por la paz en Medio Oriente en los Jardines del Vaticano. Y en agosto,
cuando llamó a la reconciliación a las dos Coreas, divididas desde hace más de
medio siglo.
Según un comunicado de la Secretaría de Estado, en los
últimos meses Francisco les escribió a Obama y a Castro "invitándolos a
resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos
detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos
partes".
"La Santa Sede, acogiendo en el Vaticano, el pasado mes
de octubre, a las delegaciones de los dos países, ha querido ofrecer sus buenos
oficios para favorecer un diálogo constructivo sobre temas delicados, del que
han surgido soluciones satisfactorias para ambas partes", agregó el mismo
comunicado, que prometió que la Santa Sede "continuará apoyando las
iniciativas que las dos naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones
bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos".
Fuente: El Diario.