Opinión: Nuestros hijos están conviviendo entre ladrones y delincuentes confesos
OPINIONES 14:22
Cruda y sumamente preocupante se ha tornado esta realidad que nos muestra cómo nuestros hijos se están desarrollando y ¨socializando¨ en ambientes enteramente contaminados, pues es un hecho innegable que hoy todos nuestros barrios están plagados de mozalbetes y adultos con comportamiento totalmente antisocial, que es lo mismo que decir delincuentes.
Estos delincuentes: confesos y orondos, que son protagonistas de tantos hechos horrendos, bochornosos y aterradores que están ocurriendo en el país, y que tienen a la sociedad en estado de pánico y de terror, son los mismos que vimos crecer con nuestros vástagos, pero que se dañaron mientras socializaban con otros de conducta cuestionable, pertenecientes a pandillas, bandas, gangas, y otros fenómenos de descomposición social, todos ligados al demoledor mundo de las drogas.
Está claro que todos estos hechos delictivos que se producen a diario en todos los puntos de nuestra geografía, y que llevaron al jefe de la policía nacional a revelar ante el presidente de la República, Danilo Medina, que los delincuentes habían desbordado la capacidad de control de la institución, son indicativos que nos señalan que son muchísimos los actores o delincuentes que están actuando en todas nuestras calles y barrios.
Estos malandros y malhechores no son extraterrestres, marcianos ni de ultratumba, son los mismos que comparten amistad, corrillos barriales, canchas, entre otros pasatiempo con nuestros procreados. Los mismos que vimos crecer, los mismos que vimos nacer de hogares de vecinos respetables; y claro, también en hogares de vecinos que les importa un bledo la palabra respeto.
Recordemos que en este cambio de mentalidad a que nos han condicionado, donde a lo bueno llamamos malo y a lo malo, bueno, han estado operando mentes perversas que apostaron a pescar en mar revuelto.
Hoy en día no es una ventaja que nuestros hijos ¨socialicen¨ con todo el que le rodea, hoy en día debemos restringirle sus amistades, amigos y hasta amiguitas, pues se ha demostrado que las amistades hoy son completamente dañinas.
Recordemos la sabia advertencia de 1ra. Corintios, versículo 33, donde dice: No os dejéis engañar, las malas compañías corrompen las buenas costumbres. En otra lectura a esta lapidaria amonestación, podemos decir de manera más llana: Dime con quién andas, y te diré quién eres.
Otro simple ejemplo: Nos dañaron nuestras niñas preñándolas, se convirtió en una pandemia. En nuestros tiempos solíamos cantar el siguiente estribillo: ¨¨Yo quiero tener un millón de amigos, y así mas fuerte poder cantar¨; en estos días, por el contrario, el tener siquiera ¨¨tres supuestos amigos¨, es una bomba de tiempo o una trampa letal, pues algunos de estos tres están tan degenerados que nos hacen fracasar nuestros hijos; y por consiguiente, los sueños que para ellos tuvimos.