Policía violento de RD agrede periodista; incluso le toca pechos
PORTADA 10:58
Rep. Dominicana. Un teniente de la Policía Nacional, que integraba una
patrulla que supuestamente realizaba un operativo, identificado como Calderón
M., detuvo a la periodista Llennis Jiménez a punta de pistola, la obligó a
salir de su yipeta y la detuvo presa en plena calle por espacio de media hora.
Incluso, ejerció violencia contra ella, cuando le tocó sus pechos
con su dedo, para acusarla de querer escapar y advertirle que no se iría del
lugar hasta que él concluyera. “Nunca terminó la revisión del vehículo y sin
que ella mostrara comportamiento rebelde llamó a una mujer policía para que diera
golpe, la cual se presentó diciendo a quién es que hay que darle”.
Durante ese tiempo no concluyó la inspección del vehículo y
amenazaba con trasladarlo a un destacamento. “No me identifiqué como periodista
porque necesitaba saber el motivo por el que ese teniente ejercía abuso de
poder contra una ciudadana indefensa y que transita con todos documentos al
día”. Afirma que pensó “si esto es lo que le hace a una mujer, qué
no le hará a un hombre este policía”.
Jiménez explicó que salió de su residencia el pasado jueves,
alrededor de las 10:10 de la noche, con traje de fiesta, para asistir a la
celebración de toma de posesión de la nueva junta directiva del Colegio
Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) en el Club Naco,
debido a que su nuevo presidente, ingeniero José Espinosa Féliz, es su
compañero en el programa de televisión Despacho Informativo, que ella conduce
los sábados por Santo Domingo TV.
Indicó que a eso de las 10:15 de la noche conducía por la
avenida Independencia, frente a la Casa de España, donde estaba la patrulla.
Delante iba un motorista sin casco protector, por lo que cuando el agente hizo
la señal de pare, entendió que era al motorista.
“El teniente Calderón M., inmediatamente, levantó su arma y
apuntó. Me asuste. Le preguntó desde el vehículo, que si era a mí que me
apuntaba, y me dijo que sí”, narró.
Dijo que el teniente, vestido de color gris y con una gorra
de la Policía le ordenó estacionarse detrás del cono, en el espacio de la
requisa. Ella bajó del vehículo insistiéndole por qué le apuntó con un arma, si
no había necesidad, le cuestionaba si intentaba matarla, sabiendo que era una
mujer.
El teniente Calderón M., le respondió que le apuntó porque
ella intentaba huir. Jiménez lo acusó de mentir y lo grabó con la cámara que
portaba. “Al parecer eso lo molestó, porque desde ese instante, hizo todo
cuando pudo para violar mis libertad de tránsito, consagrada en la
Constitución”.
Ella le dijo que su vehículo estaba legal, que había sido
depurado en la Dirección General de Impuestos Internos. El policía se alejó de
ella y cuando se acercó, le solicitó la cédula, la licencia y la póliza del
seguro. Los revisó por un buen tiempo y se los entregó. Fue en ese instante en
que la policía se presentó con otro agente en un motor, y dando golpes en la
puerta la yipeta, preguntaba por la persona que merecía ser golpeada. Cuando la
periodista le dijo que antes de golperla, iba a filmarla con la cámara,
desapareció del lugar.
El teniente decidió devolverle a Jiménez los documentos y
despacharla, pero cuando estaba montada en la yipeta, le volvió a requerir la
licencia de conducir. Esta vez, ella se enojó y se marchó dejando el documento.
Empero, a una esquina optó por volver por la licencia, pues temía que la
botarán.
Jiménez afirma que no le pasó por la cabeza llamar a un
policía o militar amigo para que detuviera a ese teniente y “la patrulla
cómplice de ese trato vejatorio, porque la escena le parecía una película.
El agente insistía en preguntarle quién era ella, a lo que le
respondía la periodista que era una simple ciudadana, que conocía sus derechos,
los mismos que él lesionaba. “Saben, esta clase de policía debe ser sancionada.
Los ciudadanos que trabajamos, pagamos impuestos y nos comportamos de acuerdo a
la norma, no merecemos que salvajes como ese, sean designados para tratar con
personas”.
Jiménez deploró que una persona que se encontraba en el lugar
y que parecía ser el comandante de la patrulla, se mantuviera al margen,
mientras sus subalternos atropellaban sus derechos.
Fue un momento insólito