Zeneida Saldaña es una empresaria de clase media, dueña de un pequeño supermercado en República Dominicana
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"Mis hijos están recibiendo un doble pan: el pan de la enseñanza y la alimentación necesaria y balanceada que necesitan. ¿Qué más podemos pedir?" Zeneida Saldaña es una empresaria de clase media, dueña de un pequeño supermercado.
Su supermercado le vende alimentos enlatados, detergentes y utensilios de cocina a escuelas de Fantino que están en la Tanda Extendida.
El encadenamiento virtuoso y la democratización de la actividad económica provocados por la Revolución Educativa impulsada por el gobierno de Danilo Medina, es decir, los sorteos transparentes entre constructores de todo el país, la construcción de nuevas aulas, cocinas, comedores, la contratación de obreros, la adquisición de mobiliario, la contratación de más maestros y maestras y finalmente el desayuno, comida y merienda en las escuelas, todo este fenómeno social y económico está cambiando la vida de mucha gente en nuestro país.
Trabaja y gana el carnicero y el ferretero, el ebanista y el herrero, el ingeniero, el albañil, pintor y varillero, el textilero, el dueño de almacén, el colmadero, el agricultor y el ganadero, las farmacias y también la dueña de supermercado como Zeneida, porque circula más dinero, se dispara la demanda de bienes y servicios y, en consecuencia, se dinamizan las economías familiares y locales.
La creciente demanda de alimentos en su negocio ha obligado a Zeneida a multiplicar los pedidos. "Yo me beneficio de mis ventas, explica, pero quien me vende a mí se beneficia de las ventas que me hace".
También ha debido contratar 3 empleados más, otra de las virtudes anunciadas y procuradas por Danilo Medina cuando, en campaña electoral y luego desde la presidencia de la República explicó al país como sería Revolución Educativa que pondría en marcha.
Y como el supermercado de Zeneida tiene mayor rotación de inventario, puede proveer productos de calidad y frescos a "sus mismos hijos", porque aunque es una empresaria de clase media con dinero para pagarle una escuela privada a sus hijos, prefiere ahora la pública.
La escuela pública por la razón que ella misma explicaba al principio: allí reciben un doble pan.
Su supermercado le vende alimentos enlatados, detergentes y utensilios de cocina a escuelas de Fantino que están en la Tanda Extendida.
El encadenamiento virtuoso y la democratización de la actividad económica provocados por la Revolución Educativa impulsada por el gobierno de Danilo Medina, es decir, los sorteos transparentes entre constructores de todo el país, la construcción de nuevas aulas, cocinas, comedores, la contratación de obreros, la adquisición de mobiliario, la contratación de más maestros y maestras y finalmente el desayuno, comida y merienda en las escuelas, todo este fenómeno social y económico está cambiando la vida de mucha gente en nuestro país.
Trabaja y gana el carnicero y el ferretero, el ebanista y el herrero, el ingeniero, el albañil, pintor y varillero, el textilero, el dueño de almacén, el colmadero, el agricultor y el ganadero, las farmacias y también la dueña de supermercado como Zeneida, porque circula más dinero, se dispara la demanda de bienes y servicios y, en consecuencia, se dinamizan las economías familiares y locales.
La creciente demanda de alimentos en su negocio ha obligado a Zeneida a multiplicar los pedidos. "Yo me beneficio de mis ventas, explica, pero quien me vende a mí se beneficia de las ventas que me hace".
También ha debido contratar 3 empleados más, otra de las virtudes anunciadas y procuradas por Danilo Medina cuando, en campaña electoral y luego desde la presidencia de la República explicó al país como sería Revolución Educativa que pondría en marcha.
Y como el supermercado de Zeneida tiene mayor rotación de inventario, puede proveer productos de calidad y frescos a "sus mismos hijos", porque aunque es una empresaria de clase media con dinero para pagarle una escuela privada a sus hijos, prefiere ahora la pública.
La escuela pública por la razón que ella misma explicaba al principio: allí reciben un doble pan.