En Esto Pensad.-

Por Carolina Romano.

Las vicisitudes de la vida, en ocasiones, ciegan nuestra mirada limitándonos a ver solo puertas cerradas, la espalda de quienes deberíamos recibir apoyo, desprecio en vez de consuelo y una profunda soledad en lugar de la compañía que anhelamos. Nuestra actitud puede ser determinante para  el resultado final de lo que nos esté ocurriendo. 

Es normal sentir depresión cuando estamos agobiados y no hay una aparente salida ni a mediano ni a largo plazo.  Es preciso sobreponernos a ese sentimiento aunque solo veamos oscuridad. Si un problema no tiene solución ya está resuelto, échelo a un lado y siga adelante; verá que pasado el tiempo no será tan grave ni agobiador como lo percibía.

En medio de una turbulencia de adversidades deténgase, esfuércese en ver las cosas positivas que posee. La vida es hermosa aunque surjan momentos de dolor. Además el dolor, el sufrimiento nos recuerdan que somos seres humanos, nos enseñan cómo ayudar a otros que luego crucen una situación similar, a ser misericordiosos  y procurar levantar al caído en vez de hacer leña con él porque en su espejo nos veremos a nosotros mismos.

Para adquirir una actitud aguerrida, emprendedora y positiva hay que cambiar la información que conservemos en nuestra mente porque de ella dependerá la forma de afrontar las tempestades que se nos presenten. 

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8